El dramaturgo uruguayo Sergio Blanco propone una experiencia de múltiples capas narrativas que tiene como único espacio escénico la habitación de un hotel. Este monólogo, interpretado por Freddy Araya, revela una radiografía del ser humano en la actualidad que mantiene el suspenso hasta el final.

Un relato en primera persona sobre la estadía del autor (Sergio Blanco) en la ciudad de Liubliana, sirve de hilo conductor en La ira de narciso, un montaje que enfrenta un trayecto arriesgado en el laberinto confuso del yo, del lenguaje y del tiempo, abordando temas como la creación, la soledad, la muerte, la sexualidad, la adicción, la separación, la desesperanza y la belleza.

En escena, el escritor es invitado para dictar una conferencia magistral sobre el célebre mito de Narciso, y mientras hace los últimos preparativos de su ponencia, se revelan los distintos encuentros que el autor mantiene en su habitación de hotel con un joven esloveno que acaba de conocer por una aplicación de citas. La historia sufre un giro con el descubrimiento de una mancha de sangre en el suelo de la pieza, por lo que el relato irá dando lugar a la reconstrucción de un asesinato donde es el propio narrador quien lo revive, en una suerte de laberinto que superpone distintos niveles de autoficción.

"El principal desafío es relatar los múltiples viajes que tiene el personaje dentro de la obra en un sólo espacio escénico y sin escenografía entonces son la luz, el sonido y el video quienes se encargan de generar estos espacios a través de su lenguaje, al mismo tiempo que conocemos los estados de ánimo del autor, recorriendo con él el miedo, la tristeza, los excesos y la soledad", cuenta la directora Soledad Gaspar.

El colectivo escénico lleva a escena la tercera obra de Blanco en Chile, que continúa la línea de autoficción que empezara con el montaje Tebas Land, montado en GAM en 2017. "La ira de Narciso ha atraído diversas miradas y reflexiones sobre cómo nos vinculamos con el arte, cada temática que toca permite reflexionar el lugar que abordamos en la sociedad. Plantea la interrogante sobre la comodidad que adquirimos y nos propone la incomodidad reflexiva para hacer consciente a aquellos que no pertenecen al mundo institucionalizado", puntualiza Gaspar.

Dramaturgia: Sergio Blanco | Dirección: Soledad Gaspar | Intérprete: Freddy Araya | Diseño sonoro: Damián Noguera | Diseño Audiovisual: Gomár Fernández | Diseño Lumínico: Espacio Checoslovaquía | Producción: Coproducción de Espacio Checoslovaquia y la compañía. Patrocinan: Festival Santiago Off, Centro de residencias Nau Ivanow (Barcelona, España). | Jefe Técnico: Rodrigo Leal | Sonido: Juan José Acuña | Fotografía: Andrés Gutiérrez

“Un texto exquisito para quien plantee como puesta en escena el problema de la representación, pero especialmente porque es una obra que no se puede hacer en otro formato: funciona porque vemos que las cosas están sucediendo ante nuestros ojos ―sin verlas realmente― y somos cómplices de la trampa de espejos que el mismo autor nos cuenta, sin darse cuenta”

— Lucía de la Maza en Culturizarte.

Te Puede Interesar