El Taller de teatro termina con la función abierta de un montaje biográfico construido con los testimonios de quince mujeres, dirigido por Pierre Sauré. 

Una guagua que se convierte en angelito, una mujer que se larga a la playa para celebrar sus 60 años y un montón de señoras tomando tecito mientras hablan de sordera y Viagra son algunas de las escenas con que se cierra una nueva edición del Taller de teatro, organizado por la unidad de Mediación GAM donde participa el Club del Adulto Mayor.

Quince mujeres han trabajado durante cuatro meses guiadas por el dramaturgo y director Pierre Sauré, asistido por las actrices Daniela Riveros y Carolina Cheuquepán. ¿Qué es ser adulto mayor?, ¿cómo vamos a cambiar el mundo?, ¿cuál es el escenario que quiero?, son algunas de las preguntas que han orientado su trabajo. Memoria, política e identidad son los ejes a través de los que han revisado sus vidas, sus itinerarios geográficos, sueños y futuro. Sus testimonios son el material del que nacen los textos de la obra que presentarán al cierre del taller, como una instancia de inclusión del adulto mayor a través del arte.

“Hemos tomado referencias visuales y formales de las argentinas Vivi Tellas y Lola Arias, para trabajar puramente lo biográfico con tintes de montaje de teatro y danza, con las posibilidades que nos entregan personas que no son actores. Estamos haciendo un biodrama, un teatro biográfico o teatro político-documental”, cuenta Pierre.

Diez de las mujeres que integran el elenco participaron en Testigo, una obra nacida de un taller similar. Estrenado el 2012, ese montaje les dio una experiencia que esta vez permitió acelerar el proceso. “Ya hicieron 21 funciones de Testigo, así que ahora llegamos directo a escribir, leer, improvisar, ejercitarnos, ver obras, videos, imágenes, referencias visuales, cantar, bailar y actuar”, comenta Sauré. 

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