Un elenco de reconocidos actores chilenos llevó a las tablas este clásico europeo en torno al poder y la tensión entre clases. Tragedia naturalista, escrita en 1888 por el sueco August Strindberg, La señorita Julia cuenta la historia de la hija de un conde que una noche, en ausencia de su padre, decide celebrar la fiesta de San Juan junto a sus sirvientes. La excitación del baile popular, el consumo de alcohol y una reciente ruptura amorosa la empujan a explorar un mundo ajeno a su clase, extraño pero a la vez fasciante; tanto así, que termina con ella seduciendo a un lacayo de su padre. Se desata entonces un conflicto social, sexual y psíquico de una inquietante violencia. 

La señorita Julia muestra a una protagonista incapaz de explicarse el móvil de sus acciones, que lucha en completa soledad contra los deseos ambivalentes que actúan dentro suyo. Strindberg dramatizó en sus propias contradicciones, asumiento que éstas no tienen por qué resolverse en el desenlace. 

Este nuevo montaje de Cristián Plana -con Amparo Noguera, Marcelo Alonso y Roxana Naranjo- se presentó en una sala con cupo máximo para cincuenta espectadores. 

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